A lo largo de los años la comunidad Open Source ha evolucionado y mejorado significativamente tecnologías estándares en el mundo, en función de ser redistribuidas de forma gratuita. Hoy, el uso estandarizado de las aplicaciones Open Source es claramente visible en compañías grandes y sus ambientes empresariales, tales como HP, IBM, Novell, Agilent, Heineken, Ericsson, Apple e inclusive Microsoft.
El concepto de Open Source se basa en una gestión comunitaria la cual toma un producto y lo mejora constantemente aumentando su funcionalidad, adaptabilidad y potencial de producción con el menor mantenimiento posible. La ventaja comparativa entre los sistemas propietarios y los sistemas Open Source es específicamente el bajo costo de mantenimiento y la estabilidad operativa de estos sistemas, que por su naturaleza de código abierto permiten integrar estas soluciones, cambiarlas y utilizarlas en diferentes tipos de sistemas más robustos que comprenden toda una gama de productos y brindan una respuesta integral a las necesidades de cada empresa.
La ideología detrás del Open Source es simple: Cuando los programadores puedan leer y redistribuir las aplicaciones, así como modificar su código fuente, el software mejora constantemente. Muchas personas lo mejoran, lo adaptan, arreglan “pulgas” y errores. Y todo se da a con un mejor tiempo de respuesta a los modelos de desarrollo propietarios.
Open Source, es un modelo donde el software es:
- De muy bajo costo de implementación y mantenimiento.
- Un sistema sumamente estable, de muy baja incidencia de errores críticos
- Que permite que las aplicaciones sean copiadas y distribuidas para su mejora continua
- No es susceptible a los virus comunes.
Este modelo es probado y tiene varios años de ser estándar en la industria. El SOS (Software Open Source) se distribuye bajo una licencia que permite que los usuarios copiar, modificar y redistribuir el software a otros.
El Open Source tiene alternativas para una gran mayoría de los sistemas de software propietarios en el mundo